UGAM-COAG SE ADHIERE A LAS ACCIONES QUE TOME LA CONSEJERÍA DE GANADERÍA PARA DEFENDER EL PLAN DE GESTION DEL LOBO DE CANTABRIA

Asimismo, reclamaremos la dimisión de la titular del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, así como del Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, por su vergonzosa cacicada en la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. 

UGAM-COAG.

Ante la inclusión del lobo  ibérico en el Listado de Especies de Protección Especial (Lespre), propiciada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico , desde la Organización Agraria UGAM-COAG manifestamos nuestro total rechazo a esta acción y exigimos la dimisión de la ministra Teresa Ribera, así como del Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. La actuación vivida en la reunión ayer celebrada responde más a intereses políticos y muestra una talante poco democrático, que a la defensa de la especie. Las poblaciones lobo ibérico en España han demostrado ser las mejor conservadas del continente según los informes técnicos y científicos actuales.

Asimismo, avalamos absolutamente las palabras del consejero de ganadería, Guillermo Blanco y cuantas acciones se tomen para que la votación de ayer acabe convirtiéndose en ley, por el Consejo de Ministros. 

Desde UGAM-COAG consideramos lamentable la forma en la que se ha propiciado la propuesta ministerial, que no ha contado con avales científicos de peso ni con el suficiente consenso entre las CCAA. Y es que, las comunidades que han votado en contra (Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León y País Vasco) son las que más sufren la presión del lobo a la ganadería un 95% de los daños. A éstas les han apoyado Madrid, Murcia y Andalucía. 

Además, en primera votación, tras un empate, se recurre a la segunda donde se rompe el equilibrio gracias, entre otros al voto de Canarias, región donde no existe ni existirá el animal pero que determina el devenir de los ganaderos del norte de España. 

Desde UGAM-COAG consideramos prioritario el control de las especies silvestres, anteponiendo el derecho de los ganaderos de Cantabria a desempeñar su trabajo en unas condiciones adecuadas, y no con continuos ataques a sus animales, con las enormes pérdidas económicas que ello supone, además de una creciente desazón entre los ganaderos, principalmente los de alta montaña, que se ven obligados a abandonar la actividad y los pueblos.

 

Cantabria aprobó hace 3 años un Plan de Gestión del Lobo con el consenso de la sociedad cántabra, que ha demostrado al día de hoy un adecuado funcionamiento que abre esperanzas a que la coexistencia entre la ganadería extensiva y el lobo sea una realidad, el camino al mantenimiento vivo de los pueblos de montaña de la región y la adecuada gestión de nuestros montes en los que es imprescindible la presencia del ganado, en particular el ovino y caprino, que es el más perjudicado por los ataques del lobo.

 

De hecho, es el propio Plan de Gestión del lobo el que demuestra con análisis científicos que el lobo en Cantabria se encuentra en expansión, y por lo tanto, la especie no requiere de especial protección, como se quiere hacer creer desde el Ministerio de Transicón Ecológica y Reto Demográfico. 

De acuerdo con los datos del último censo nacional y de la acumulación de observaciones e indicios sobre la especie, en 2018, se estima que había entorno a  15  grupos familiares de lobos con presencia en Cantabria. Esto demuestra que su población ha experimentado un crecimiento muy notable en su tamaño y en su área de distribución en los últimos 20 años, pasando de 5 manadas y un área de distribución de 2400 km2 en 1995 a  más de 3500 km2 (66% de la superficie regional) y al menos 15 manadas en 2018. 

En lo que se refiere a daños causados por el lobo al ganado entre 2015 y 2018 en la reserva Regional de Caza Saja y en el Coto Regional de Valderredible, donde el Gobierno de Cantabria es titular de aprovechamiento cinegético,  se tramitaron 1.928 expedientes de daño del lobo producidos,  con un total de 2.700 cabezas de ganado muertas  (1130 de ovino, 764 de equino, 526 de bovino, 279 de caprino y uno de asnal), lo cual ha supuesto a Cantabria un coste de 705.109 € (176.299 euros /año).

Hay que tener en cuenta que estos datos son incompletos dado que se refieren únicamente a terrenos en los que el Gobierno de Cantabria es titular de aprovechamiento cinegético, por lo tanto, no se abarcan los municipios del sur de Cantabria,  el entorno del embalse del Ebro ni las zonas altas del Besaya,  Pas,  Pisueña, Miera y Asón, donde la presencia del lobo se ha incrementado de forma significativa con el consiguiente aumento de los daños.

En definitiva, los daños del lobo están presentes en más del 75% del territorio de Cantabria, por lo que si no se pone freno a través del Plan de Gestión del Lobo, muy pronto afectarán al 100% del territorio.


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