“La consejería nos advirtió que podrían salir más casos de brucelosis y decidieron sacrificarlas todas”
Ganaderos de Lamasón, Perñarrubia, Tudanca y Polaciones están sufriendo en sus explotaciones los severos efectos de la brucelosis. Las últimas semanas han sido especialmente duras, puesto que varias explotaciones en estas zonas han sido objeto de vacío sanitario, sumando más de medio millar de sacrificios, entre reses enfermas y sanas.
Manuela González Alonso, de La fuente, Lamasón, que regenta junto a su hijo la Sociedad El Cajigal, es una de las afectadas, con 71 animales sacrificados entre toros, vacas novillas y terneros. 21 de ellos ya estaban cebados y estaban a punto de ser sacrificados para su distribución en una gran superficie, lo que supone una mayor pérdida todavía por el coste del pienso que queda “a costillas del ganadero”.
El 10 de diciembre de 2012, comienza la campaña en la zona de Lamasón. En primer lugar, les detectaron 3 vacas con brucelosis y otras 2 con tuberculosis. El resto de los animales estaban sanos, pero una semana más tarde la consejería de Ganadería dio la orden de sacrificarlos. “Nos alertaron de que corría peligro que salieran más y esto supondría la ruina total”, comentan desde la Sociedad el Cajigal.
Reunión con la consejería
Días después tuvieron una reunión con la consejera de Ganadería, Blanca Martínez y el director de Ganadería , Santos Argüello, donde les informaron de las opciones de las que dispone la administración en estos casos. Se trata de 800 € por animal en máxima categoría, 600€ con carta de origen y 400€ por una de categoría media, un dinero que no da ni para cubrir la mitad del valor de sus reses. “Cada vaca o novilla de mi explotación no la vendo ni por 1.800 €. Son limosinas con carta de origen en su mayoría, por lo que para nosotros es la ruina total”, comentan los ganaderos. En cuanto a la fecha de cobro de la indemnización, desde la consejería les informaron que se produciría en marzo de 2013.
Control de la fauna salvaje
Muchos de los ganaderos de la zona de montaña creen que es la fauna salvaje la causante de este brote, ya que los análisis realizados a estos animales han reflejado altos índices de brucelosis y se mezclan con el ganado tanto en los pastos comunales como en los de propiedad privada.
En cualquier caso, los ganaderos abogan por un cambio de políticas que defiendan el derecho de los ganaderos a tener una explotación en condiciones sanitarias óptimas, pero que al mismo tiempo les proteja debidamente si su explotación es objeto de vacío sanitario.
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